Nepsis
"Sed sobrios, estad despiertos" (1 Pe 5,8a)
Textos escogidos de la "Filocalia" y otros
"El que quiera purificar su corazón que lo abrase continuamente por el recuerdo del Señor Jesús, teniendo incesantemente esto como su única meditación y obra. Porque es necesario que los que quieren arrojar su podredumbre no oren a veces sí, y a veces no, sino que se consagren siempre a la oración en la guarda del intelecto, aunque vivan fuera de casas de oración. Pues del mismo modo que el que quiere purificar el oro, si deja descansar aunque sea por un instante el fuego del crisol, produce nuevamente la dureza de la materia purificada, así también el que a veces ha recordado a Dios y a veces no, pierde por su descanso lo que cree adquirir por la oración. Lo propio de un hombre amigo de la virtud es el consumir siempre lo que hay de terreno en su corazón por el recuerdo de Dios, para que así, poco a poco, el mal sea consumido por el fuego del recuerdo del bien, y el alma vuelva perfectamente a su brillo natural con un esplendor mayor".
Diádoco de Fótice, Capítulos Gnósticos, 97
- Lo principal es estar ante Dios con la mente y el corazón y continuar estando ante él incesantemente, hasta el final de la vida. (Teófano el Recluso)
- No se aprende a ver, es un efecto de la naturaleza. La belleza de la oración no se aprende por la enseñanza de otro. Ella tiene su maestro en sí misma, Dios, «el que el saber al hombre enseña» (Sal 94, 10) da la oración a aquel que ora y bendice los años de los justos. (San Juan Clímaco)
- Cuanto más abundante cae la lluvia, más ablanda la tierra. Cuanto más asiduamente invocamos el nombre de Cristo fuera de todo pensamiento, en mayor medida enternecerá la tierra de nuestro corazón y la penetrará de gozo y alegría. (Hesiquio de Batos, Filocalia)
- «Vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, da vueltas y busca a quién devorar» (1 Pe 5, 8). Que jamás suspendáis la atención del corazón, la sobriedad, la contradicción y la oración a Jesús, nuestro Dios. En toda nuestra vida no podríamos encontrar ayuda más excelente que Jesús. (Hesiquio de Batos, Filocalia)
- No trae ninguna ventaja el aprendizaje de los tratados si el alma no conduce una vida aceptable y grata a Dios: causa de todos los males son la divagación, el engaño y la ignorancia de Dios. (Antonio el Grande, Filocalia)
- La ignorancia es el principio de todos los males, y después de ésta sobreviene la incredulidad. (Marcos el Asceta, Filocalia)
- " Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús" (1 Tes 16-18). Una de las mayores gracias que un hombre puede obtener en este mundo es descubrir que, en el deseo único de Cristo, puede vivir a gusto en todas partes y descubrir a Dios en toda ocasión... (Jean Lafrance, La oración del corazón)
- ¿Me ayuda esto a encontrar a Dios? Esta es la única pregunta que me debo hacer. La unidad vendrá del corazón que no saborea sus alegrías ni se detiene en sus tristezas, sino que encuentra a Dios en todas las cosas en un movimiento de [santo] abandono. (Jean Lafrance, La oración del corazón)
- Y en todas sus obras y en todas las cosas el hombre ha de usar atentamente su entendimiento y en todas ellas debe tener inteligente conciencia de sí mismo y de su interioridad y aprehender a Dios en todas las cosas de la manera más sublime que sea posible. Pues, el ser humano debe ser tal como dijo Nuestro Señor: «¡Habéis de ser semejantes a hombres que a toda hora están despiertos y esperan a su señor!» (Cfr. Lucas 12, 36). (Maestro Eckhart)
- Lo mejor y más magnífico a lo que se puede llegar en esta vida es callarse y dejar actuar y hablar a Dios. Dejar a Dios ser Dios. (Maestro Eckhart).
- “Encontrar a Dios consiste en buscarlo sin cesar” (San Gregorio de Nisa)
- "Si quieres conocer a Dios, conócete primero a ti mismo" (San Gregorio de Nisa)
- La oración contemplativa es, en cierto modo, simplemente la preferencia por el desierto, el vacío, la pobreza. Cuando uno ha conocido el sentido de la contemplación, intuitiva y espontáneamente busca el sendero oscuro y desconocido de la aridez con preferencia a ningún otro. El contemplativo es el que más bien desconoce que conoce, más bien no goza que goza, y el que más bien no tiene pruebas de que Dios le ama. Acepta el amor de Dios en fe, en desafío a toda evidencia aparente. Ésta es una condición necesaria, y muy paradójica, para la experiencia mística de la realidad de la presencia de Dios y de su amor para con nosotros. Sólo cuando somos capaces de «dejar que salgan» todas las cosas de nuestro interior, todos los deseos de ver, saber, gustar y experimentar la presencia de Dios, entonces es cuando realmente nos hacemos capaces de experimentar la presencia con una convicción y una realidad abrumadoras, que revolucionan toda nuestra vida interior. Thomas Merton, La oración contemplativa
- "De la composición de tu ser, de su estructura, por lo que hay dentro de ti, conocerás a Dios" (San Gregorio de Nisa)
- "Entra dentro de ti mismo, mira en tu alma como en un espejo, descifra su estructura y te verás como imagen y semejanza de Dios" (San Gregorio de Nisa)
